Soledad:
Imagen de internet
Ayer yo respiraba paz, la paz de tu soledad,
la paz estaba en el aire que impregnaban tus
enaguas,
la paz estaba en tus manos, cuando tú me acariciabas,
cuando peinabas mi pelo, cuando atabas mis sandalias,
cuando me dabas un beso al despuntar la mañana
tu palabra era mi paz cuando yo te preguntaba,
¿El mar nunca tiene calma? ¿A dónde van esas aguas?
¿Que busca la golondrina cuando anida en mi ventana?
Y tú, con una sonrisa, calmabas todas las olas que
en mi orilla naufragaban.
—Las aguas buscan orillas, abrazan los continentes y
los convierten en islas
los hombres aman la tierra que dio comienzo a sus
vidas.
Palabras que sosegaban aquella existencia mía
Eras mi guía, cogida de tu mano me iba asomando a la
vida
y riendo yo
corría, ignorando aquellas vidas
que en otra orilla vivían.
Los días fueron pasando, la paz se fue alejando
el tiempo borró aquella sonrisa dulce con la que
todo lo envolvías.
Ya no atino a respirar, mi pelo se despeinó,
ando cruzando este mar, buscando esa otra orilla,
ando buscando respuestas a aquellas preguntas mías
¿Por qué abrazas continentes y los conviertes en
islas?
De la Safor: